lunes, 1 de junio de 2009

Etapas de la vida



Cuando chica, los juegos te envuelven de esa magia que te transporta de princesa a mamá en pocos instantes.
A través del juego vas planificando quizás tu futuro, arropando una muñeca que es tu hijita, dándole la típica mamadera mágica ¿la recordás? esa que la volcás y va desapareciendo el líquido de su interior y al incorporarla se llena nuevamente solita. En esos juegos pasas una etapa, la primera, la del YO.
Luego viene la de mamá, donde incorporás la muñeca que hasta abrigás en días de frío. De ahí saltás a la pre-adolescencia donde empieza esa transición, de niña a mujer, la ropa de moda, el cabello, según se use, lacio extremo o rulos furiosos, los primeros maquillajes muy suavecitos y atendiendo que nos dice mamá al vernos.
Llega por fin la adolescencia, momento en que sentís que la vida no te entiende ¡un mundo de una nada surge! y es cuando crees que nunca va a pasar. Lágrimas, la mayoría el típico diario íntimo que hoy se ha cambiado por los blogs en Internet. Hasta que un día sin imaginarlo te topás con el amor, ese amor que vas descubriendo de a poquito, que te hace cosquillitas en el estómago con sólo pensar en él y el deseo de compartir cada momento con esa persona.
Finalmente llega eso para lo cual te preparaste sin saberlo todos estos años anteriores de tu vida, “formar una familia” y apostás con todas tus fuerzas. Estás con el hombre que elegiste para recorrer un largo camino, arduo, con muchos escollos, pero habiendo amor, es algo que no ves.
Y llegan los tan ansiados hijos, esos que proyectaste en tu inconciente en la infancia en tus juegos con muñecas. ¡Los Hijos! Por los que a partir de ellos tu vida deja de pertenecerte porque ya hay alguien que depende pura y exclusivamente de vos. Noches a su lado, días de juegos, aprendizajes, besos y abrazos, cartitas a Papá Noel, los Reyes Magos, la llegada del Ratón Pérez, ilusiones que nunca deben de faltar en la infancia porque te marcan para el mañana.
Pero tus hijos también crecen, porque de eso se trata la vida, de “crecer”.
El colegio, la adolescencia que no será jamás como la tuya y la de sus hijos tampoco porque la vida es un eterno cambio.
Y ahí estás vos, esperando ese mañana incierto, probablemente cuestionándote si fuiste o no una buena mamá, desvelándote aunque tus hijos ya no sean pequeños porque algo les pasa y eso te quita el sueño o porque es tarde y aún no han regresado.
Para ellos todo es normal y tus persecuciones no serán entendidas, entonces mamá, dejá que vuelen y que forjen su mañana y no olvides que tenés derecho a ser feliz y por sobre todas las cosas ¡Viví!.
Me lo dedico a mí misma
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9 comentarios:

  1. Que texto bonito Mimi!
    Eu estou vivendo a fase de ver minha filha passar da infância para a adolescência. As vezes me da um medinho, mas fazer o que é a vida!
    Bjs.

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  2. Mi querida Fátima, no es fácil, te lo digo con hijos grandes, pero ¿sabés? no importa lo que nos hagan ni lo que digamos ¡siempre serán nuestros hijos y es inevitable vivir para ellos.
    Gracias por estar.

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  3. Es magnífico que te hayas dedicado a ti misma estas vivencias-reflexioness... son como un ensayo literario sobre la vida. Son un cúmulo de sentimientos que dicen mucho de tu persona.
    Un gran beso

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  4. Gracias Mariluz, como siempre, incondicional y con la palabra justa.

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  5. Qué lindo lo que escribiste Mimi !!! Cuántos recuerdos vinieron a mi mente!Bss.

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  6. Es que justamente fue un recorrido que creo que todos nos hacemos en algún momento, pero esta vez teclado mediante.
    Gracias Ali por estar ahí.

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  7. Hermosas tus palabras Mimi. Besotes♥

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  8. Muy lindo tu escrito. Es una gran descripcion de nuestro paso por la vida... con sus penas y sus alegrias, con sus realidades e ilusiones y sobre todo con esa agri-dulce nostalgia del pasado que no volvera. Te quiero Mucho, Myrna

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  9. hola Mimi
    Me gusto mucho esta entrada de las etapas de la vida, gracias por compartir tus sentimientos con los que visitamos tu blog.
    Te dejo un abrazo y hasta pronto.

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